La semana pasada Diego Daorden me comentó que iba a ir a ver un film sobre Torino y le pedí que haga una crítica para el blog, que abajo reproduzco por completo. Me quedé con muchas ganas de verla, ¿ustedes?
Dentro de lo que fue el festival de cine independiente BAFICI, hubo una película que hizo más ruido que las demás. Torino, de Agustín Rolandelli, recrea lo que fue la industria nacional décadas atrás y el entusiasmo y la pasión de los amantes de los fierros, hoy un poco distorsionada por el profesionalismo imperante.
Rolandelli cuenta la historia desde cero del modelo con identidad nacional y cómo se fueron tejiendo los vínculos entre Kaiser, Berta, Pininfarina y Renault para ponerlo en línea de montaje. Testimonios de ex trabajadores de Industrias Kaiser Argentina, Berta y Pronello, imágenes de archivo (las joyas del film), recreaciones con actores y muy buen material histórico ayudan al espectador a entender por qué el Torino marcó una época –fines de los `60, década del `70- y se convirtió en el “auto que todos querían tener”.
En cuanto a lo deportivo, hace hincapié en las famosas 84 horas de Nürburgring con algunos pincelazos de los hitos de la marca en el automovilismo nacional. Pero es en la Misión Argentina de 1969, con Fangio a la cabeza, donde el joven director invierte gran parte de los 95 minutos para demostrar las bondades del Toro y la calidad humana de los hombres que lo hicieron grande.
Una muy buena producción que merece el apoyo económico para llegar al circuito comercial y mostrar uno de los orgullos autóctonos a más público, ya sea fierrero o no.
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